Embutidos, pros y contras

Pros y contras de los embutidos

Los embutidos y fiambres son alimentos que aportan muchos nutrientes y por tanto pueden formar parte de nuestra dieta cotidiana pero debemos tener en cuenta una serie de consideraciones.

Los embutidos más tradicionales se hacen a partir de carne picada, de cerdo o ternera, aunque cada vez encontramos en el mercado más embutidos a base de pollo o pavo. Se consideran más o menos saludables en función de la cantidad de sales y grasas saturadas que contengan, aunque no por no ver la grasa o no notar la sal significa que no la tengan, y por eso debemos saber lo que comemos y controlar su consumo.

Los beneficios:

Son muy ricos en potasio, magnesio, fósforo, cinc y también en proteínas que al proceder de la carne, son de muy buena calidad. Por supuesto, cuanto mejor sea la carne a partir de la cual se prepara el embutido, mejor serán sus propiedades nutritivas.

Son una estupenda fuente de hierro y vitamina B12. Ideal para personas con anemia o los niveles bajos de hierro. Además, al es de origen animal, ese hierro se absorbe mejor y es más fácilmente aprovechable por nuestro organismo.

Los potajes y guisos de legumbres se enriquecen con embutidos y tradicionalmente han sido muy consumidos por gente con mucho desgate físico y con necesidad de reponer fuerzas: deportistas que no necesitan controlar su peso o personas con trabajos físicos de gran intensidad. Solo debemos evitar el excesivo consumo de grasas, por eso es facilísimo cocer los embutidos aparte y añadirlos al final, al estofado de legumbres y verduras.

Y los contra:

Si padecemos hipertensión o problemas de retención de líquidos serios, tenemos que controlar la ingesta de embutidos seriamente a causa de su concentración de sal que empeora estas patologías. Se usarán solo remojados durante horas y cocidos con abundante agua antes de añadirlos al plato final.

Es cierto que aportan muchas grasas y que son en su mayoría saturadas pero existen muchas diferencias entre los distintos tipos de embutidos y debemos escoger los más sanos para consumir de forma habitual, y los más grasos sólo para ocasiones especiales. Mientras el chorizo, el salami y otros embutidos grasos aportan entre 30 y 40g de grasa cada 100g., el jamón cocido solo contiene unos 3g y presenta los mismos beneficios: 0,80mg de hierro y 0,75µg de vitamina B12.

Los embutidos contienen purinas, que son las moléculas que deben evitar las personas que padecen acido úrico alto o gota. Si ese es vuestro caso, ceñiros únicamente a los embutidos de pavo o pollo y en cantidad discreta.

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